lunes, 25 de mayo de 2020

CIUDAD DE PLÁSTICO



“Era una ciudad de plástico,
de ésas que no quiero ver,
de edificios cancerosos
y un corazón de oropel.
Donde en vez de un sol
amanece un dólar,
donde nadie ríe,
donde nadie llora,
con gente de rostros
de poliéster
que escucha sin oír
y mira sin ver;
gente que vendió
por comodidad
su razón de ser
y su libertad.”

RUBÉN BLADES



Hace tiempo, tuve la oportunidad de apasionarme con El libro de los abrazos, de Eduardo Galeano, y pensé reencontrarme con “lo conocido”, en Patas arriba, la escuela del mundo al revés. Las primeras páginas desestabilizaron mis expectativas, por lo cual comencé a prestar más atención, ante cada sendero que se me presentaba.
            Busqué, desconcertada, la diferencia, en el año de edición. La primera obra se editó en 1989 y, la segunda, en 1998 (¡justo al revés!).
            El Galeano poético de “los abrazos”, el que metaforizaba a toda Latinoamérica, desde sus anécdotas, pregones y sentires, había revelado sus metáforas “patas arriba”.
            Las estrofas de la canción que figura, más arriba, contenían el mismo tono del canto de ambas obras, fusión de signo oculto y de transparencia de la cosa representada, sol y luna, día y noche, canto y llanto: ambas obras no son, sino, una misma cara o un mismo revés. Una es signo; la otra, significante.
            Pero, el juglar, como lo llamó la crítica, no se durmió, en el último trabajo: asomó su cítara, para distender la tensión de las cuerdas y de las palabras, para manifestar la presencia del poeta, detrás del hombre herido.
            Entonces, supe que estaba leyendo al mismo trovador.

                                                                                                 7/2007

                                         GABRIELA COCCHI DE SANTIS 
           

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