DICCIONARIO ILUSTRADO DE LA MUERTE

Robert Sabatier es el autor de esta obra, en la cual recopiló, según él mismo lo dice en su prólogo, una suma de fragmentos, literarios o no,  que tratan acerca de la muerte: poesías, cuentos, definiciones, ensayos, citas, comentarios,etc. Espero que se entretengan leyendo las pequeñas muestras que tomé de este Diccionario ilustrado de la Muerte.

                                                                                    A

ABEL
         Era natural que la primera víctima  de un crimen iniciara este Diccionario; es imposible no creer que esto va acompañado de cierta magia alfabética. Segundo hijo de Adán, Abel era pastor. Fue muerto por su hermano Caín, celoso de que sus ofrendas fueran mejor acogidas por Dios que las suyas;así nacieron con el primer crimen, las primeras circunstancias atenuantes.
         Este hecho hizo correr mucha tinta y todavía más pintura: citaremos el fresco de las catacumbas de San Javier, en Nápoles, pinturas de las catacumbas romanas los bajo relieves  de Jacopo  della Quercia y el techo de Miguel Ángel en la Sixtina.
         Grandes obras literarias, un poema armenio de Arachel, el Jeu d' Adam de la Edad Media francesa, una comedia de Lope de Vega, un relato bíblico de Huig van Groot reiterado por van den Vondel, poemas de Gessner, Klopstock, e incluso de Legouvé.
          Señalemos de paso algunas citas, indicando la de Lamartine:

Génesis: "Caín, Caín, ¿qué has hecho de tu hermano?

Lamartine: "Caín, Caín, ¿qué has hecho de tu hermana?(en Geneviéve )

ADMINISTRACIÓN

Meng- Tseu: "¿Hay alguna diferencia en matar a un hombre con espada o con una mala administración?"



ADULTERIO

     Otros castigos del adúltero: los tucopianos, los rotumayanos, los nubios, los habitantes de Borneo le castigaban con la muerte. Los battas de Sumatra se apoderaban del cómplice de una mujer adúltera, y, muy sencillamente, lo devoraban.
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     Los antiguos caribes creían que los muertos se disfrazaban de hombres para seducir a las mujeres casadas; pero cuando la mujer cedía, desaparecían.
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AGRADABLE

     Para Sarah Bernhardt nada era más agradable que acostarse en un féretro. Recibía a sus amigos de este modo y se hizo fotografiar como muerta.
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     "No me hagas languidecer, no sería agradable", dijo el conde de Chalais al aprendiz de verdugo encargado de decapitarlo. Necesitó treinta y cuatro golpes para separar la cabeza del tronco.

AHORCAMIENTO

     Los condenados a la horca, que lograron evitar la muerte por rotura de la cuerda, han dicho que el sufrimiento es escaso e incluso proporciona un bienestar. Bacon se refiere a un señor inglés, amante de las sensaciones fuertes, que quiso hacer la experiencia; pero se cortó la cuerda demasiado pronto para que fuera demasiado tarde. La cuerda de ahorcado trae suerte a todo el mundo menos a sus víctimas.
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     "De larga cuerda tira quien desea la muerte de otro" (Proverbio).

ALEGRÍA

     Un asno comía higos. El filósofo Anaxágoras exclamó: "¡Que le traigan de beber!" y esto lo hizo reír tanto que murió acto seguido.
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     Divisa de Thomas Morus :"No hacer nada contra la propia conciencia y reírse hasta en el patíbulo." La siguió toda su vida (incluso cuando murió en el patíbulo).
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     Swif observó, andando por la calle, que las caras más alegres se ven en los coches que van a los entierros.
 
ALIMENTOS

     Para los cananeos, como para otros muchos pueblos, el muerto continúa viviendo en su tumba. Se hacían agujeros de tal modo que los alimentos pudieran llegar hastra allí sin que los animales pudiesen tocarlos.
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     El hijo del Gran Condé, entre otras rarezas, había terminado por creerse muerto, de lo que deducía que no debía comer. Sólo se le pudo convencer sentádolo a la mesa con personas vestidas con sudarios, las cuales devoraron gran cantidad de alimentos.
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     En París, a fines del siglo XIX, existían cerca de los cementerios pequeñas bodegas, donde, después de los entierros, las familias iban a comer el queso tradicional o el plato de conejo que era costumbre denominar "el conejo de los muertos".

ANTROPÓFAGOS

     Los indios de la Guayana bebían un licor hecho con la ceniza de sus muertos.
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      Artemisa, reina de Caria, llevó su amor por Mausolo, su esposo, a punto en que la muerte no pudiera separarlos. Viviente mausoleo, cada día tomaba una porción de sus cenizas.
                                         
APARECIDOS

      En todos los lugares y tiempos, se ha creído en los aparecidos y esta creencia no se ha extinguido del todo. Larvas, lemures, sombras, vampiros, espectros, fantasmas continuarán obsesionando la imaginación durante mucho tiempo: el miedo, los remordimientos, la locura los originan, y también ciertos fenómenos físicos como los fuegos fatuos.
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     En varios pueblos del norte de Francia era costumbre, con ocasión de los entierros, dar varias vueltas en torno a la tumba a reculones para impedir que el muerto salga para aparecerse a los vivos.
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     El fantasma de Conan Doyle sigue embrujando la casa en que vivió el escritor. Su lugar favorito de residencia es el ascensor. Siete médicos de la casa se quejaron del considerable perjuicio que este fantasma les causa. Sin embargo, por el testimonio de un amigo de Conan Doyle, el doctor Timberg, se supo que el escritor detestaba los ascensores.
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     He aquí, para los aficionados, algunas residencias principales y secundarias, de fantasmas ingleses: un monje va regularmente a la abadía de Westminster; Ana Bolena frecuenta el palacio de Hover, el Parque de Bickling, la Torre de Londres; Lady Hamilton una casa de Cambridge Square, etc.