martes, 30 de julio de 2019

UN CUENTO QUE QUISO SER JAPONÉS

EN EL BON ODORI

          En esta festividad, en la que se homenajea a las almas de los muertos, Ellos bajan para estar más cerca de sus seres queridos, y los que estamos en la tierra, festejamos con danzas y comidas típicas, para que ellos vuelvan contentos, y no se queden aquí. Así, descansarán en paz. 
            Este año, 2019, fue elegido por Japón para recordar y afianzar los lazos entre Argentina y este país, ya que Argentina les abrió los brazos en momentos tan crueles, en época de guerra. Pero este año, en José C. Paz, fue diferente. Un alma no quiso volver. Un alma que había puesto sus ojos en la mujer de 50 años que bailaba, con dulzura, alrededor de la pira, debajo de los taikos, esos tambores que acompañaban el canto de Celina Hamamura, en el pasto verde y tierno, de la Asociación Japonesa Sarmiento. 
            Todos los años, desde hacía ya, un buen tiempo, Alejandrina se deleitaba visitando el Bon Odori, que sólo se realiza una vez por año. Había tenido una ruptura que quería olvidar, aunque había quedado atrapada en la cultura japonesa, que cada vez la atraía más. Él era japonés, aunque muchas veces había renegado de la cultura de sus padres, que, siendo adolescente, lo obligaban a asistir a esas reuniones pensadas para que los jóvenes de la comunidad, se conocieran y ... algún día encontraran, allí, una futura esposa.
             Se habían conocido, por casualidad, por Internet. A él le atraía la madurez y su amor por la literatura, su charla. Pero no se conocían. Con el tiempo, se hizo necesario hacerlo. Ella le llevaba más de diez años. Luego de muchas idas y vueltas, se amaron, con mucha pasión, sintiendo que su amor les venía de antes, de otro tiempo, y soportaron muchas diferencias y algunas discriminaciones para retener ese amor. El tiempo de volver a abrazarse, tras cada encuentro, les hizo entender que debían dejar todo de lado y estar, verdaderamente, juntos. Y así fue. La juventud de él se le hacía arena, entre los dedos, y ella comprendió que debía dejarlo ir. Él se encaprichó; su espíritu de tigre se resistía a irse, pero sabía que tenía que hacerlo. Quería ser libre. Ella lo entendió. Y terminó.
              Todo lo que había aprendido de él se le hizo carne. Alejandrina no podía arrancarse la carne para hacerse un cuerpo nuevo, un alma nueva, un ser convertido en algo más que él. Y una noche, en un Bon Odori de 2012, lo vio, sobre el escenario. Era él. Murió, mientras lo veía, con una guitarra, mezclado entre los integrantes del grupo de Los Parraleños. Su amiga, Marcela, le decía: 
-¡No es él, pero es idéntico!
           Su amiga no la escuchaba. Sólo lo miraba, sabiendo que no era él, pero entendiendo que debía seguirlo, sin saber por qué. Y es lo que hizo.
            Cada show era la oportunidad, discreta, de seguir alimentando su fantasía. Nadie supo, jamás, que por eso había despertado tal pasión por ese grupo musical, de "cumbia samurai", descendientes de japoneses vestidos como samurais, cantado rock y cumbia. No le importaba el género. Sólo él.
            Un mal día, Facebook anunció que el guitarrista había muerto. El hermano del cantante. Fue un duelo muy grande para todos los fans. Y para Ale. Los siguió un buen tiempo más. Y se dio cuenta de que acababa de perder, por segunda vez. Y el tiempo se le aletargó durante muchos años, sin darse cuenta, en esos trozos de espíritu, que todavía le quedaban. Y se repuso. Y siguió.
            El alma que no quería volver, empezó a indagar, entre otras almas, acerca de esa mujer. Y se sorprendió al escuchar esta historia, de una mujer que, no pudiendo amar al hombre que había perdido, lo encontró, en otro hombre, físicamente idéntico, pero totalmente distinto, del cual sólo amó su imagen. Se escondió detrás de un taiko, aunque no lo necesitaba. Los demás se fueron, dejaron la tierra. Pero él quedó, convertido en brisa, para acariciar su rostro y secar una lágrima que la joven mujer no pudo retener.
                     
             
     GABRIELA COCCHI DE SANTIS                    

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