lunes, 25 de mayo de 2020

PACTO



Nadie de dos,
ninguno,
jugaba a enamorarse.
Porque el amor venía
-decían-
de parte del hastío.
Se olfatearon las ganas,
se esquivaron los ojos
y se fueron,
pidiéndole al amor
permiso.
                   20/11/2004

                            
                                    GABRIELA COCCHI DE SANTIS

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