sábado, 12 de junio de 2021

SONETO, de SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

 

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te disuadía,

que el corazón me vieses deseaba;


y Amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto, que el dolor vertía,

el corazón deshecho destilaba.


Baste ya de rigores, mi bien, baste;

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu inquietud contraste


con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos.






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