Por alguna razón, ya no sé cuál
de tantas, me vino un recuerdo a mi memoria, de la “Escuelita de la quema”.
Quedaba justo frente a un campo, terriblemente extenso, cuya lluvia de basura
le daba tintes de colores, por unos días, aunque olía a realidad. En pocos
días, los vecinos se encargaban de quemar lo que podían. era un todo
abandonado. frente a ese campo, les decía, quedaba mi escuelita, en la cual ya
no trabajo, hace muchos años.
pablo
ordenando mis fotocopias, lo cual cuesta mucho al ser muchos
años de trabajo, diferentes los cuentos, poesías, novelas, ensayos, teatro,
diálogos, fragmentos, pensamientos... En fin. Encontré, detrás de una copia de
tiempos verbales, un dibujo. mi primer impulso fue tirar la copia, ya que no se
la podría dar a nadie, acabada la pandemia que nos secuestró desde el 2020, en
argentina.
pero, curiosa, traté de recordar al dibujante. y me pregunté
por qué no la había desechado. y me acordé: un alumno, que hubiera querido ser
alumna, había dibujado algo muy lindo. porque me dijo:
-Tome, profe, esto es para
usted. lo dibujé para usted.
eran mis primeros años, en la docencia. y en ese momento, no
se hablaba de educación sexual integral. volví a sentir esa emoción, de aquél
día, en el cual una personita, muy especial, confió en mí.

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