Marco Denevi, autor argentino, es uno de mis preferidos. Bajo el nombre de Fabulillas, dejó estas miniaturas preciosas, una de las cuales, les dejo para que lean.
En estado salvaje era verde y no cantaba. Domesticado, preso en una jaula, se ha vuelto amarillo y gorjea como una soprano.
Que alguien atribuya esos cambios a la melancolía del encierro y a la nostalgia de la libertad ¡Mentira!
Yo sé que el muy cobarde antes era verde y mudo, para que no lo descubrieran entre el follaje, y ahora es amarillo para confundirse con los barrotes de oro de la jaula. Y canta porque así se conquista la simpatía cómplice del patrón.
Lo sé yo, el Gato.

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